Ante la abrumadora e innegable evidencia, traducida en desorbitantes porcentajes de posesión de tabletas o compras de las mismas, muchos en el medio se apresuran a bautizar el presente año como el Año de las Tabletas. Pero cabe hacerse una pregunta: ¿Han tocado techo las tabletas?

Imagen cortesía de rdamr | FreeDigitalImages.net
Lo cierto es que estudios como uno realizado por AAM (Alliance for the Audited Media) nos invitan a pensar todo lo contrario. Este preciso estudio, enfocado en publicaciones escritas, habla de una implementación del 90% de los encuestados en el mercado digital, y prevé un 100% para el año próximo. Continúa, además, diciendo que el sector estudiado empezará a alcanzar beneficios en el año 2014.
En todos los aspectos, las tabletas están potenciando sus mercados existentes e incluso abriendo nuevos. Por ejemplo, parece claro que la orientación lúdica del dispositivo aglutinaba hasta hace relativamente poco al grueso de sus consumidores. Pero la educación y el trabajo no quieren quedarse atrás y ya empiezan a bullir sus incipientes mercados.
Los ejemplos más recientes, a la vanguardia de la innovación, nos llegan desde Estados Unidos. Sobretodo en la educación. Son muchos los colegios privados y también públicos (como un distrito escolar en Carolina del Norte, que gastará una beca del gobierno federal cifrada en $30 millones en dotar a sus 17.000 estudiantes de tabletas) que apuestan por integrar la más novedosa e intuitiva forma de tecnología a su programa educativo. En el trabajo, los ejemplos abundan en Estados Unidos y fuera del país norteamericano. Si ya hablamos en su día de Bennetton, en los últimos meses las noticias se suceden, a cada cual más asombrosa e ilustrativa de la interdisciplinariedad de que es capaz el formato tableta. Equipos de fútbol americano, compañías de telefonía o aerolíneas son algunas de las empresas que ya se benefician del incremento en productividad que supone una inversión en tabletas para sus empleados.
Además, no existe tal cosa como un monopolio, al menos no en este mercado, que venimos siguiendo de cerca prácticamente desde su nacimiento. Con Kindle Fire HD como el regalo más comprado en el gigante de las compras online Amazon en estas fiestas, o viendo las preferencias de las mentadas empresas a la hora de poner una tableta en sus vidas, no termina de quedar clara la supremacía de ninguna, al menos no de una forma clara y hegemónica, que contemple todo factor desde el precio hasta el hardware. La pelea, todos lo sabemos, está siendo muy dura. Hasta el extremo de haber visto nacer hasta cuatro generaciones de tabletas en dos años.
En conclusión, el cambio de año debería ser considerado una pausa en el imparable crecimiento del mercado de las tabletas. Es demasiado pronto para mirar atrás y evaluar. O al menos el ambiente en este mercado en continuo movimiento nos invita a pensarlo.
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